EUROPA
PRESS
10 noviembre
2016
Inicialmente el número de mujeres con enfermedad de Alzheimer es
muy superior al de los hombres, debido, en parte, a que las mujeres, en
promedio, viven más, pero hasta qué punto es una mayor longevidad el factor que
explica el aumento de casos entre las mujeres.
Concretamente,
las mujeres tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar la enfermedad de
Alzheimer que los hombres, pero sorprendentemente se sabe poco sobre cómo los
cambios en la función cerebral promueven esta diferencia y lo temprano que se
pueden detectar esas modificaciones en la mediana edad.
Un
nuevo estudio viene esclarecer las diferencias sexuales en el riesgo de la
enfermedad de Alzheimer y, por fin, determina quién se ve más afectado. El
trabajo, que se detalla en un artículo publicado este miércoles en la revista 'Menopause', implica áreas clave del cerebro que son
vulnerables a la disminución relacionada con la edad y destaca la importancia
de las hormonas ováricas en el mantenimiento de la función de memoria.
El
nuevo estudio poblacional ha involucrado a más de 200 mujeres y hombres sanos
de entre 47 y 55 años, un equipo de investigadores liderados por 'Brigham and Women's Hospital' (BWH), en
Estados Unidos, revela cambios específicos en la función de la memoria que
corresponden al sexo y la menopausia.
"Durante
años, el pensamiento dominante en el campo ha sido que las mujeres estaban en
mayor riesgo de la enfermedad de Alzheimer simplemente porque tienden a vivir
más tiempo", recuerda el autor Jill Goldstein, director de Investigación en el 'Connors Center for Women Health
and Gender Biology' en BWH.
"Pero
esa idea estaba perpetuada por la investigación sobre la etapa tardía de la
vida, no en la mediana edad, cuando se producen las transiciones hormonales
clave y cuando comienzan a salir a la superficie los cambios en la
memoria", añade.
La
disminución cognitiva relacionada con la edad afecta tanto a hombres como a
mujeres, ya que las personas hablan de olvidos y falta de claridad mental (la
llamada "niebla cerebral") a medida que envejecen. Mientras que las
mujeres en general tienden a estar mejor que los hombres en las pruebas de
memoria verbal y los hombres tienen una mayor tasa de deterioro cognitivo leve
más tarde en la vida, las mujeres resultan afectadas de manera desproporcionada
por la enfermedad de Alzheimer.
Goldstein y sus
colegas aprovecharon la oportunidad para examinar cómo y por qué se desarrollan
estas diferencias sexuales cuando una de sus cohortes comunitarias estudiadas
desde hace mucho tiempo, conocida como 'New England Family Study', comenzó a entrar en sus tardíos años 40 y 50. Esto
permitió a los investigadores examinar cuidadosamente lo que sucede con la
función de la memoria en mujeres sanas y de mediana edad a medida que se
desarrolla la menopausia --abarcando los períodos pre,
peri y posmenopáusico-- y comparar estos hallazgos con hombres sanos de la
misma edad.
Debido
a que los individuos estudiados no mostraron signos de demencia o pérdida de
memoria obvia, las pruebas estándar sobre la función de la memoria no fueron lo
suficientemente exigentes como para detectar cambios.
Así que
el equipo se centró en una serie de pruebas neuropsicológicas, refinadas por Dorene Rentz, una de las autoras
principales del trabajo, neuropsicóloga en el Departamento de Neurología en
BWH, y experta en la enfermedad de Alzheimer. Estas pruebas evalúan
rigurosamente diferentes formas de aprendizaje y memoria, ofreciendo una visión
más fina para identificar incluso los déficit
cognitivos tempranos relacionados con la edad.
Niveles de estradiol vinculados con el
desempeño de la memoria
Los
investigadores descubrieron que, en comparación con los hombres de igual edad,
las mujeres obtuvieron puntuaciones significativamente más elevadas en todas
las categorías de función de la memoria evaluadas por las pruebas, con una
notable excepción: las mujeres posmenopáusicas se desempeñaron aproximadamente
al mismo nivel que sus homólogos masculinos (y peor que las otras mujeres) en
pruebas de aprendizaje inicial y recuperación de información.
El
hallazgo sugirió cambios en las áreas frontales del cerebro, conocidas por sus
papeles en la memoria a corto plazo y las llamadas "funciones
ejecutivas", es decir, capacidades cognitivas avanzadas, como organizar,
estructurar y evaluar la información. Además, las mediciones hormonales
revelaron que entre todas las mujeres estudiadas, los niveles más altos de
estradiol (la forma de estrógeno que tiene los mayores efectos sobre el
cerebro) se correlacionan con un mejor desempeño de la memoria.
Cuando
se tiene en cuenta junto con otros trabajos recientes, tanto del grupo de Goldstein como de otros, el papel de la menopausia ayuda a
dibujar una imagen de los circuitos de la memoria en el cerebro que comienzan a
cambiar con la edad --tanto en hombres como en mujeres-- y subraya la
importancia de las hormonas esteroides, especialmente estradiol para las
mujeres, en el mantenimiento de la función de la memoria.
"Necesitamos
desarrollar la capacidad de identificar temprano quién está en mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad de Alzheimer --subraya Goldstein--.
Esto es crítico porque los tratamientos dados después del inicio de la
enfermedad han sido ineficaces. Esperamos que los hallazgos de nuestra cohorte
proporcionen, en última instancia, pistas tempranas en la mitad de la vida
sobre quién está en el riesgo más alto de desarrollar la enfermedad más en la
mediana edad tardía, y cómo puede ser diferente para hombres y mujeres".
Goldstein y sus
colegas ya están trabajando hacia ese objetivo. Los investigadores están
diseñando una herramienta de riesgo clínico que pueda ayudar a identificar a
los pacientes que son más vulnerables a la enfermedad de Alzheimer. Esta herramienta,
que se está desarrollando tanto para hombres como para mujeres, incorporará
factores de riesgo genéticos, así como una serie de otras características
clínicas que se sabe afectan a la disminución de la memoria y las diferencias
de sexo en ellas.